No salíamos de la habitación porque comprendimos que todo el turismo que necesitábamos era por nuestros cuerpos. Mi mano en tu entrepierna sabía todo lo que quería. Tu boca en mi oído le pedía todo lo que querías. Me perdía detalles, pero a tres milímetros es tan difícil, que a veces salía de la habitación y tú seguías con lo prohibido.
Esos sí que son viajes de placer!
ResponderEliminar:)
Saludos.
El mejor viaje y sin duda, más barato...
ResponderEliminarte espero en mi blog...
un besazo
Cada orgasmo con su tema.
ResponderEliminarLos viajes del placer son los mejores. Suelo escribir sobre eso, si quieres pásate.
ResponderEliminarPor mi parte, te sigo.
Un abrazo.
Luna Plateada
Me encanta ver monumentos en cualquier época de año.
ResponderEliminarBuen Post
Cristian D González (Tragicomedia existencial)