jueves, 25 de octubre de 2012

¡Tequila tú!

Los hilos del tiempo empujan mis huesos, hasta desmontarlos cada estación. Sé que tú los coserás. Y conociéndote como te desconozco, sé que empezarás por la entrepierna y luego coserás una sonrisa en mi calavera con hilo rojo. [Me encanta encontrarlos en la cama.] Sin duda mi tequila ha encontrado su medio limón. De tanto polvo y sudor, nuestro pantano. Donde descansan nuestros huesudos esqueletos las tardes de domingo.

miércoles, 24 de octubre de 2012

¿Discutimos?

Me acuerdo que entraste en el bar y antes de que volviera a intentar que nuestras miradas chocaran por casualidad, tú ya estabas a mi lado. Me dijiste: '— ¿Discutimos?' y yo que no entendía te dije: '— ¿Cómo?' entonces me explicaste: '— He oído que las reconciliaciones son la hostia, y contigo estoy seguro que será un poco más que eso.' Me dejaste roto nena. Me acuerdo que camino a tu piso discutimos sobre mi tono de voz, sobre tu gorro, sobre el color de mis calcetines, sobre el olor de la calle, sobre el tamaño de las monedas... Y sí, tenías razón. Las reconciliaciones son la hostia.

lunes, 22 de octubre de 2012

Comerse el mundo.

Aún no había llegado nadie. Bueno, de hecho sólo Juan, pero para mí era, era. Era, como... bueno, eso, como nadie. Hacía rato que me estaba hablando y ya llevaba muchos: Ajam y ejem, así que por empatía me tocaba mover ficha.
— Bueno y al final qué. — A veces, de hecho casi siempre funcionaba.
— Pues eso, era una tía que decía que se iba a comer el mundo, pero ni siquiera podía meterse mi polla.
Joder, era imbécil, pero a veces tenía frases de película. De hecho quizá siempre decía grandes frases, pero era duro tener que averiguarlo.

domingo, 14 de octubre de 2012

Sentirse vivo.

"Una patada en el estómago, con un dolor que dura todo el día. Manos sudadas y frente brillante. Garganta seca que casi quema. Tus dos ojos, contra cientos. Un segundo, miras el micro, un segundo, recuerdas el texto y ya van millones de segundos. Primera frase seguida de risas y te lo gozas. Y cuando deje de sentir ésto, dejará de tener su encanto."


— ¿Qué tal nene?
— Ahora mismo podría follarme a Zeus y no llamarle al día siguiente.