Eras la mejor sexóloga cristiana de tu promoción. Te sentabas en la parte de atrás del autobús. Eras mala, mala. Soñabas con que Jesucristo te dijera cosas sucias al oído. 'No se trata de quién es mejor, sino de a ver quién cuenta más falos.' Le decías a tu amiga en las fiestas. Soñabas con que Moisés de dijera: 'Te voy a hacer el seis de la lista.' Te excitabas con tu sombra. Igual que tú 'pero con la boca cerrada.' Te decías mientras hacías el nueve de la lista.
Me pone(s).
ResponderEliminarLas peores son las que callan ;)
ResponderEliminarTe sigo! Me gusta tu blog.
Saludiness!
qué líneas tan perfectamente sucias!jaja
ResponderEliminarte leo desde hace tiempo, un saludo
Creo que nunca antes me había convencido tanto los mandamientos.
ResponderEliminarMe ha gustado.