lunes, 5 de marzo de 2012

Aquel verano: Lucas

Violaba las palabras como el mejor de los políticos. Aún así ellas volvían a su boca como si tuvieran síndrome de Estocolmo. Agitaba sus brazos como si el viento le debiera dinero. Siempre con un cigarro que se consumía entre sus dedos con sólo un par de caladas de peaje en sus labios. Olía a lluvia cerrada los días de más calor.
Si me preguntasen por algunas de sus mejores frases tendría que pensarlo largo y tendido. Pues hablaba tanto que nunca decía nada. Cuando te miraba, joder. Te arrepentías de tener ojos, porque sabías que te iba a decir algo.
Fue él quien chocó conmigo en la barra y me alegro. Porque me condujo a Olga.

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