domingo, 19 de junio de 2011

Recordar.

Despierto con la almohada empapada, las sábanas se han hecho un fuerte en mis pies y mi piel parece la orilla de un río. Todo porque me paso las noches intentando recordar las palabras apropiadas.
Como si el flautista de Hamelin se despertase una mañana de resaca y al coger la flauta no recordase la canción que hacía que las ratas estuvieran a su lado. Por más que empezara la melodía no recordase como seguía y se quedara viendo como las ratas se alejan de su lado. Esa es la sensación que tengo por las mañanas.
Intento recordar las palabras que hicieron que durante unos segundos te quedaras a mi lado.
A veces pienso en subir a la azotea y chillar todas las palabras conocidas por el hombre. Pero me da miedo hacerlo, por si las acabo diciendo todas sin resultado. Porque entonces no me quedará nada a lo que aferrarme.
¿Entonces? Entonces sigo mintiéndome.

6 comentarios:

  1. Y si te despiertas con esa sensación triste-intensa y encima descubres que es domingo...

    Y sí, las palabras no cambian nada. Nunca lo hacen.

    Un beso.

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  2. y si al despertar descubres que mentirse es menos doloroso...y si la verdad esta sobrevalorada...

    yo prefiero recordar toda la vida ese preciso instante en que fui su mejor opcion

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  3. Hacía tiempo que no venía a fumar.

    Y es un gusto.

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  4. muy bueno amigo, como siempre...

    que lastima estar tan escasa de tiempo, ya no solo para escribir si no tb para poder visitarte mas a menudo...

    te espero en mi blog...

    un besazo

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  5. ¡Hola!
    Me acabo de hacer un blog y me gustaría que me siguieras; ahora mismo se que está soso, pero con el tiempo espero que esté mucho mejor y que te guste.

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