domingo, 12 de junio de 2011

El búnker.

En la habitación toda la física aprendida sobre el tiempo, aquí no vale. Miras el reloj a las 8:00, lo vuelves a mirar para comprobar la hora y ya son las 19:00. Como en un búnker en tiempo de bombas no sabemos nada del exterior. A veces ponemos la televisión, pero su sonido muere por nuestros gemidos. La misma suerte sufren las películas y las series. Parece que aquí tu olor y tacto son el alfa y el omega. Te levantas de mi cama y te abrazo la cintura. No temo parecer ese niño que hace tiempo desapareció, porque aquí todo vale y cuando salimos todo se queda dentro.

2 comentarios:

  1. Menuda camarita.

    Creo que mejor me quedo en mi cuarto.

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  2. jajajaja...eligo el bunker de mi cuarto, eso si con visitas programadas...

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