domingo, 6 de marzo de 2011

Tu mirada tras el humo.

De las cenizas parte corriendo por los hilos de tabaco, chocando con el papel, rozando con mis dientes y acabando en mis pulmones. Tras escapar de éstos dejando una nube en mi cabeza y un vacío en mi mente, doy un trago de cerveza. Cuando vuelvo a tener la lengua húmeda miro hacía la luna. Tantos años estando en el cielo y la miro como si fuera la primera vez que la veo. Medía sonrisa se dibuja en mi cara. No sé el motivo pero siempre sonrío cuando la miro. No penséis que soy un tipo tierno que lee poesía, pero digo y hago este tipo de cosas cuando me coloco. Entonces como si me hubiera transportado por el espacio-tiempo me doy cuenta de que estoy en la playa junto a mis colegas.
Hace rato que estoy colocado y bastante ausente de lo que me rodea, pero hoy no iba salir. He acabado en la playa, sin modo de volverme hasta que ellos quieran. Así que colocarme y pensar en mis cosas es mi única opción.
Por lo visto han convencido a un grupo de chicas para juntarse con nosotros. No sé cuanto rato llevan con nosotros. Sus ojos. No sé cuanto lleva mirándome, pero no quiero que deje de hacerlo. Tampoco habla, así que seguramente esté en la misma condición que yo. Ella no quería salir tampoco. Risas, jóvenes. Drogas, noche. Playa. Pero sólo la miro a ella, esperando que con la mirada sepa lo que quiero.
Podría decirle que deseo que nos apartásemos de todos, que nos comamos la boca, que me deje pasear mi lengua por todo su cuerpo, que me meta la mano en los pantalones y busque mi placer. Con placer me refiero a mi polla. Total que le haría cosas que no sabría ni describir. Pero le doy otra calada a mi cigarro y le sigo mirando.

2 comentarios:

  1. Con lo mal que se folla con cualquier droga, no me convences nadadenada con ese aire bohemio solitario.


    Uh, he sonado muy dura.

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